15 de abril de 2014
17 de abril de 2014
Día de los Derechos Humanos: Únete al Tuitazo Internacional por los #DDHHCuba
A partir de las 2:00 pm (19:00 GMT) de este lunes y hasta las 12:00 horas (17:00 GMT) del miércoles 11 de diciembre, en la red social Twitter se hará sentir la solidaridad con Cuba, país con una innegable obra a favor de los derechos humanos esenciales de sus ciudadanos, a pesar del bloqueo de EEUU contra la Isla que se mantiene por más de medio siglo.
Con los hashtag #DDHHCuba y#DerechosdeCuba, los cubanos y sus amigos en todo el mundo se movilizarán en la red social en la víspera del Día de los Derechos Humanos, que se celebra cada 10 de diciembre en todo el mundo.
Los participantes de este tuitazo extendido por cerca de 48 horas compartirán mensajes de solidaridad, fotos, vídeos y multimedias que revelan la obra de la Revolución, exigen la liberación de los Cinco cubanos presos en cárceles norteamericanas y el fin del bloqueo de EEUU, nación que mantiene ilegalmente en territorio cubano una base naval donde se tortura y se retiene sin juicio a decenas de personas.
Cuba es uno de los pocos países que ha cumplido los Objetivos de Desarrollo del Milenio acordados por la ONU. Entre ellos, erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer, así como reducir la mortalidad de menores de cinco años.
La nación caribeña ha alcanzado la condición de país de alto desarrollo humano que ocupa en ese indicador el lugar 59 entre 187 naciones según el Informe de Desarrollo Humano 2013 de la ONU. Pero de acuerdo con el informe, si el que se aplica es el Índice de Desarrollo Humano no Económico entonces Cuba sube al lugar 17, lo que la ubica por encima de todos los países en desarrollo y de numerosos países desarrollados.
¿Qué significan los #DDHHCuba?
- Un informe de la UNESCO del mes de octubre de 2012 enlista a Cuba en el lugar 16 entre 120 países del mundo atendiendo al Índice de Desarrollo de la Educación para Todos.
- Cuba es la primera nación de América Latina y el Caribe en resultados educativos, y supera a países ricos, como Estados Unidos, Dinamarca, Australia, Bélgica, Alemania o Israel.
- Con un millón de graduados universitarios y 261 mil alumnos cursando ese nivel en la actualidad no debe sorprender a nadie que el Estado cubano dedique el 9.3 por ciento de su Producto Interno Bruto a la educación, otro dato que la ubica a la cabeza de América Latina y el Caribe, donde la media es de 4.1, e incluso por encima de los países nórdicos.
- La isla exhibe una mortalidad infantil de 4.6 por cada mil nacidos vivos, también por encima de los demás países de la región y de varios países desarrollados, entre ellos Estados Unidos. Los niños cubanos son vacunados contra 13 enfermedades, una de las coberturas más altas del mundo.
- La esperanza de vida es de 77.97 años(80.02 para las mujeres y 76 para los hombres) por lo que los cubanos integran el 25 por ciento de los moradores del planeta que puede aspirar a vivir 77 años o más.
- Otra agencia de la ONU, UNICEF, en su último informe sobre la materia reporta que Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que no padece desnutrición infantil, lo que atribuye a los esfuerzos del gobierno en pro de la alimentación, en particular de los grupos más vulnerables y los programas de estímulo a la lactancia materna, detección y lucha contra la anemia y atención a las embarazadas.
- En Cuba se han diagnosticado 17 224 personas con sida desde 1986, de las cuales sobrevive un 80 por ciento gracias a la atención que proporciona el sistema de salud a los pacientes, incluyendo la administración del antirretroviral de fabricación nacional. La tasa de infección es una de las más bajas de la región.
¿De qué derechos humanos hablamos?
Cuando despertemos el próximo martes 10 de diciembre, el mundo se habrá alejado todavía más de una Declaración Universal, que tiene por nombre Derechos Humanos. Al alba de ese día estará amaneciendo un planeta más inhumano, con diferencias cada vez más abismales, en las cuales los derechos de unos pocos son todavía sueños o verdaderas quimeras de muchos.
Treinta artículos recoge el texto surgido aquel día en París, tras la II Guerra Mundial y desde el primero, Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros; la incredulidad envuelve hoy a toda la humanidad. Y es que vive exactamente lo contrario.
Mientras la riqueza global ha subido 68 % en los últimos diez años, el 1 % más adinerado posee el 46 % de todos los activos globales y la concentración de la riqueza continúa siendo la fuente de la pobreza de miles de millones de habitantes en el orbe.
Al mismo tiempo que incrementa el poderoso sus arcas, son cada vez más despojados de sus derechos los desposeídos, aquellos que han vivido desde el duodécimo mes de 1948, aspirando a que se haga realidad la letra de los 30 postulados. Ellos son los 842 millones de personas que pasan hambre en el mundo, las 1 200 millones que viven en extrema pobreza, o las 774 millones que son analfabetas.
¿Qué significado puede tener para los más de dos millones de niñas que son forzadas a ejercer la prostitución; las más de 33 mil que mueren cada día en el tercer mundo por enfermedades curables y los otros 325 millones que no asisten a la escuela, el aniversario 65 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos?
¿Acaso podrán creer que el futuro pasa por el cumplimiento de las intenciones de su articulado, si como dijera el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, la cifra de infantes, madres, adolescentes, jóvenes y adultos salvables, que mueren cada año por falta de alimentos, atención médica y medicamentos, es comparable con las víctimas de cualquiera de las dos guerras mundiales?
Dice el artículo 2 que Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen na-cional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Sin em-bargo, justamente en el vigésimo aniversario del texto, cuando las Naciones Unidas designaron a 1968 como el Año Internacional de los De-re-chos Humanos, ¿paradójicamente? asesinaron a uno de los paradigmas de la lucha por esa conquista. Con razón él, Martin Luther King, había expresado que "hemos guiado a los misiles y desviado a los hombres".
Desde que se firmó la Declaración, han sido esos misiles los que han acabado en la Tierra, la casa de la humanidad, con el derecho humano más elemental, el de la vida. Tras la rúbrica del documento, Hiroshima y Nagasaki vivieron, y todavía viven el horror, de la muerte; Vietnam huele aún a Napalm, Yugoslavia a fósforo vivo; Iraq, Afganistán, Libia, fueron ensordecidas por los bombardeos.
¿Por qué me piden ponerme un uniforme e ir a 10 mil millas de casa y arrojar bombas y tirar balas a gente de piel oscura, mientras los negros de Louisville son tratados como perros y se les niegan los derechos humanos más simples? No voy a ir a 10 mil millas de aquí y dar la cara para ayudar a asesinar y quemar a otra pobre nación simplemente para continuar la dominación de los esclavistas blancos, dijo el campeón olímpico de Roma-1960 y luego monarca mun-dial del boxeo profesional, Muhammad Ali, cuando le pidieron alistarse para matar en Vietnam.
Cuando se habla de Derechos Humanos tiene que existir recelo, desconfianza, escepticismo. Porque tan esperanzador texto, tan ansiada conquista por el hombre, ha sido objeto de manipulaciones bajo intereses políticos. Cuba es un claro ejemplo de cómo esos fines han querido borrar de la faz de la Tierra a una de las obras más humanas que haya conocido pueblo alguno.
No es nuestro pequeño país un paraíso, y aun cuando la propia obra revolucionaria, por excelencia humanista, promueve entre sus principios la no discriminación, continúa luchando contra manifestaciones de racismo que vienen del pasado, frente a cualquier síntoma que flagele en lo más mínimo la emancipación de la mujer, por la inclusión social de todos los cubanos, sin mi-rar orientación sexual, credo o ideas.
Pero nos han presentado ante el mundo como el mismísimo infierno, solo que si Dante hubiera traspasado esta puerta no encontraría ninguno de sus nueve círculos. No vivimos en un limbo; ni con lujuria, gula, avaricia, ira, no es este un pueblo de herejes, ni violento; se aborrece el fraude y la traición está desterrada. En infierno han querido convertirlo, con un bloqueo que busca ahogar por hambre, en el más típico genocidio, en el cual se le niega un medicamento a un niño, porque es fabricado o comercializado por una entidad de un país, por demás el más poderoso del planeta y uno de los dos que no son parte de la Convención sobre los Derechos del Niño (1989/1990), la más ratificada de cuantos tratados hay en la materia.
Hoy la humanidad vive el mayor peligro de su historia. La amenaza de desaparecer es responsabilidad de ese 1 % acaudalado, que a base de expoliar a muchos, agreden el hogar de todos. La crisis medioambiental es la más peligrosa de todas; puede desaparecer el dinero, pero si acabamos con la Tierra, sepultaríamos a los derechos humanos.
La fanfarronería de las armas nucleares constriñe cada vez más la vida de los hombres y mujeres del mundo. El poderío, incluso un ínfimo por ciento, podría convertirse en holocausto en una pequeñísima fracción de segundos. La industria militar y su gran negocio azuzan la guerra, siembran muerte y hacen cada vez más inseguro al mundo.
Por cierto, ni de medio ambiente, ni de paz, se habla en la Declaración Universal, y mucho menos cuando se aborda el tema en convenciones o consejos mundiales. Entonces, ¿de qué derechos humanos hablamos?
Albert Einstein escribe este último párrafo: "Estoy absolutamente convencido de que ninguna riqueza del mundo puede ayudar a que progrese la humanidad. El mundo necesita paz permanente y buena voluntad perdurable".
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Cuba aboga en la ONU por uso pacífico del espacio ultraterrestre
Hoy, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, Cuba defendió una legislación que garantice el uso pacífico del espacio ultraterrestre y evite el desarrollo en el mismo de la carrera armamentista.
La delegada cubana, Lilianne Sánchez, señaló que la normativa vigente resulta aún insuficiente para impedir la militarización del espacio y el emplazamiento de armas nucleares en ese medio, al intervenir en la Cuarta Comisión de la Asamblea.
La diplomática de la isla reiteró la importancia de que los países trabajen unidos y sin discriminación para lograr un aprovechamiento óptimo y responsable de las posibilidades ilimitadas que ofrecen las investigaciones y aplicaciones espaciales.
Se trata de impedir la destrucción definitiva del promisorio futuro de las aplicaciones espaciales, y de evitar mayores amenazas para la especie humana, advirtió en la Comisión de Política Especial y Descolonización.
Además, recordó que el progreso científico y tecnológico, la comercialización del espacio ultraterrestre y la participación del sector privado representan un escenario que demuestra la urgencia de definiciones y del desarrollo del derecho espacial internacional.
A propósito del tema, Cuba reconoció la labor de la Comisión sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos (Copuos), ente de la ONU creado por su Asamblea General en 1959.
Para la isla caribeña, esa entidad "debe desempeñar un papel especial en la difusión y promoción del uso pacífico del espacio ultraterrestre, y el perfeccionamiento de los principios éticos y los instrumentos legales que garanticen el uso absolutamente pacífico, justo y no discriminatorio, de todas las aplicaciones".
La seguridad alimentaria y el seguimiento al cambio climático son algunos de los sectores en los que la comunidad internacional puede beneficiarse de los adelantos en el aprovechamiento del espacio.
En los últimos años, algunas potencias han avanzado en el uso del espacio con fines bélicos, a partir de la colocación de satélites y dispositivos para el espionaje y la ubicación precisa de objetivos, entre otros.
Estados Unidos marcha a la cabeza de los programas militares en ese medio, con iniciativas del Pentágono destinadas a la destrucción de satélites, la transmisión de datos a altas velocidades o el aprovechamiento de los restos de artefactos que orbitan para construir nuevos equipos, los llamados satélites zombi.